El calentamiento global empeora la sequía del Mediterráneo, de acuerdo a un estudio del Centro de Investigación Ecológica y Aplicaciones Forestales. El estudio ha determinado que las altas temperaturas y la baja pluviosidad (cantidad de lluvia que cae en un lugar y en un período de tiempo determinado) provocan una descoordinación entre la época de floración y la época de vuelo de las mariposas.
Esta pérdida de sincronía afecta negativamente tanto a las mariposas, que tienen más dificultades para encontrar alimento, como a las plantas, que pierden polinizadores potenciales.
El ciclo consta de tres fases de desarrollo antes de la mariposa adulta (el huevo, la oruga y la crisálida) que se ven muy afectadas por las temperaturas externas, por lo tanto en casos extremos, la separación entre los lepidópteros y las flores puede llegar a ser de 160 días.
Los investigadores han concluido que el cambio climático provoca que haya desajustes entre las 12 especies de mariposas estudiadas y las flores de las que se alimentan.
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